MICROPOEMAS

He visto a tanta mujer,
no importa si pobre o rica,
que tantas cremas se aplica
que, en su hogar, debe de haber
más botes que en la botica…

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Viejo que casa con moza
comete una gran locura
porque paga la factura
de galopes que otro goza
en blanda cabalgadura.

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De forma firme y severa,
cierta “reputada” dama
se ufanaba de su fama
tras su brillante carrera
bien corrida en tanta cama.

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Humano, no sientas duelo,
ante el túmulo atrayente
de esta dama complaciente
pues sólo encontró consuelo
así, en postura yacente…


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Para ese trato indignante
de cierta gente paleta,
he encontrado la receta
de un poderoso sedante:
mi honda veta de poeta.

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Llegamos al más acá
sin pedir nuestro permiso
-la vida es un breve inciso…-
y la muerte al más allá
nos lleva sin previo aviso.

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Por falta de un buen talento,
tiene el hombre un mal talante
y se torna intolerante
con tan mal temperamento
que no atempera un calmante.

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Pienso –no te sepa mal –
que hay dos tipos de ceguera:
la de los ojos por fuera
y, por dentro, la mental
que, en el mundo, es la que impera.

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No fue en su tierra profeta,
aunque joven y muy bella
y, aspirando a ser estrella,
fue solo u fugaz cometa
con destellos de centella.

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Yo no soy de armas tomar
porque no soy cazador;
soy un fiel "liricultor"
que, en versos, os quiero dar
"ramos de rimas" en flor.

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Mirad lo que son las cosas
en este valle de inquinas:
en vida, nos dan espinas
y, ya muertos, nos dan rosas
para ornar las hornacinas
de nuestros nichos o fosas.

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Más que bar es barbería
donde te afeitan en seco
con vampiresco embeleco
y te hacen tal sangría
que te dejan muy enteco
y anémica tu economía.

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Un cándido campesino
de esposa recién casada
sembrar quiso la cañada
de su monte venusino;
pero... ya la halló sembrada
con semilla de un vecino.

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Suele el casado bisoño
en asuntos de amorío
hacerse al principio un lío:
confundir ano con coño
y marcharse... ya sin brío.

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Corazón tienes de roca
para amorosos contactos;
eres versátil, barroca...
y desmientes con tus actos
lo que anuncias con tu boca.

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No juzguéis con ligereza
los asuntos del trabajo
porque, según la destreza,
hay quien trabaja a destajo,
a patadas..., de cabeza...
y del ombligo hacia abajo.