Hay juventud pandillera
tan corta de cerebelo
que, tal una mona en celo,
muestra su parte trasera.
Sumisa a moda somera,
sin modos y a contrapelo,
que le dicta el mal modelo
de una vida de quimera.
Sin un personal criterio
por una mental inopia,
su vida ya es gatuperio.
Ya no piensa, sólo copia
lo que le impone el imperio
de una moda tan impropia.
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