(Sonetillo)
En un mundo tan beocio
a tanto placer propicio,
ya cotiza más el vicio
tan prolífico en el ocio.
La virtud es un mal socio
por su precio en sacrificio
y no renta un beneficio
en las bolsas del negocio.
Tanta voraz avaricia
inunda este mundo necio
cuya sed con nada sacia.
Y es ya tanta su codicia
que pagará un alto precio
por ser feliz… ¡Qué falacia!
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